Soy bombero hace casi 20 años y fortuitamente trabajo como el secretario del concejo deliberante de mi ciudad. Dado que soy de familia trabajadora, desde hace año que me había anotado para un terreno o casa social del IAPV o de otros organismos. Es así que a principio del 2010 salí sorteado con una casa del IAPV en el cupo correspondiente a los empleados municipales, cupo en el que me había puesto el personal del IAPV. Pero luego del sorteo el IAPV me saca la casa aduciendo que había una resolución interna de ese organismo según la cual en el cupo de municipales estaban excluídos los empleados que sean funcionarios y la ley de municipios establece que mi cargo esta por fuera del escalafón municipal, es decir, es un cargo de funcionario político.
El IAPV aduce que yo debería de haber sabido que yo no correspondía a ese cupo sino que al cupo de demanda libre. Pero esa resolución del IAPV, la 1217/09, nunca se publicó en el boletín oficial de la provincia, por lo que no hubo manera de que yo pudiera acceder a esa información, y además, los empleados que me inscribieron me firmaron una nota en la que afirman que a ellos tampoco le habían informado de ese requisito.
Encima me echaron la culpa a mi de que me había anotado mal como empleado, porque el personal que rellenó la planilla cuando me inscribí puso como lugar de trabajo la Municipalidad.
Soy el único personal del Concejo Deliberante, y ya que la Municipalidad me paga un sueldo por un servicio, tal cual figura en mi recibo de sueldo, ¿acaso no soy también un empleado entonces?. Por otro lado, yo había mandado el recibo de sueldo, asi que si había alguna duda sobre la naturaleza de mi trabajo, el IAPV con solo mirar el recibo se daba cuenta del lugar que me correspondía, porque nada me impide participar del sorteo en el cupo de demanda libre, derecho este que me coartaron entonces.
Pero no solo eso, sino que me quitaron la casa a mi que tengo un sueldo de $2500 y si se la dieron a otro funcionario de mayor rango y mayor sueldo, que bien merecida se la tiene también, ademas de darles casas a personas que no cumplían los requisitos en el momento del sorteo, y que luego de sacar una casa se acomodaron a ellos, al contrario de mi caso que desde un primer momento los cumpliamos.
Es claro que de nada vale ayudar a los demás, pasarse tardes enteras lejos de la familia auxiliando a algun desconocido, arriesgar la vida. Todo se reduce a las conexiones políticas que se puedan tener.
El sagrado uniforme de bombero voluntario se viste en el alma y sé que no debo pedir nada a cambio, pero tanta maldad a veces le hace a uno hacerse un alto ante las llamas de un sofocante campo recóndito, levantar la vista nublada por el cansancio y reflexionar, y decirse, pucha!, dejé a mi gente extrañandome allá en mi casa, no terminé la comida que compartiamos, dejé de disfrutar de la siesta con mi angelito, y recuerdo entonces la mirada angustiosa de mi nena cuando ante el ulular de la sirena, la bajé de mi falda y salí corriendo, el reproche silencioso de mi señora porque otra vez me voy. Y mientras me hago el valiente hay gente envidiosa o interesada que piensa en cómo hacerme la vida difícil.
Sé que voy a seguir siendo bombero, y tal vez esto me haga mas fuerte y menos ingenuo… pero tanta envidia y maldad de la gente me angustia.
Queremos agradecer a todos los que nos acompañaron en nuestro reclamo por algo que estamos convencidos nos corresponde. A los vecinos, a los periodistas que nos comprendieron, a los desconocidos que nos brindaron su apoyo, a todos. El IAPV hizo demasiadas cosas mal como para que nos culpen por algo que encima no hicimos. Lamentablemente tenemos algunos vecinos envidiosos, falsos e inecrupulosos que solo persiguen réditos personales o ganar un punto en una lucha política de la que por nuestra conducta nunca fuimos parte, que no reconoce de los aportes que se pueda hacer a la comunidad, y que por otro lado obliga a hacerse repleanteos ya que mientras uno se pasa horas infinitas ayudando a los demás, esas personas se preocupan en complicarle la vida a uno, y hay cosas que no se pueden dejar pasar ingenuamente. Fue una lucha desigual ya que contra las corporaciones estado-políticas es dificil luchar, creímos en vano que con las innumerables pruebas a nuestro favor la justicia nos iba a dar su apoyo, sin embargo nos sentimos reconfortados por la cantidad de amigos que no sabíamos que teníamos. A todos ellos nuestro deseo de un feliz año, y que el próximo sea mejor.
